El abusador MIENTE manifestando que él no cometió el abuso. Impone silencio al abusado por medios coercitivos y seductores. Crea un ámbito donde se establece un vínculo afectivo y de confianza que evita la revelación de las conductas abusivas.
El secreto impone un modo de comunicación donde se establecen ciertos códigos y reinterpretaciones de la realidad creados por el abuso.
El abusador guarda “silencio – secreto” que es compartido con el abusado, por varios motivos: a) en el conocimiento de que sus actos son delictivos; b) en el saber que si se revela el abuso, no podrá continuar con el mismo; c) porque el abuso es sintónico con su yo; d) por lo anteriormente dicho, no tiene sentimiento de culpa. El abusador usa a la niña o al niño como objeto sexual e inclusive le amenaza con aniquilarlo si se resiste o revela lo vivido. No le importa lo que la niña o el niño siente en tanto persona.
El secreto compartido con el abusado le permite al abusador, tener poder y control sobre el espacio personal de la víctima y con eso evita así la divulgación del abuso. El abusador sexual transgrede la ley social y comete delito y él lo sabe, por eso silencia su acto delictivo.
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