El silencio – en forma genérica - hace a la privacidad de la persona y protege lo que es íntimo y personal. En la experiencia del secreto – en el desarrollo normal - el niño descubre algo nuevo: la interioridad, la privacidad. Y este espacio interno, íntimo juega a su favor puesto que el hecho de que pueda esconder ciertos sentimientos es un signo de crecimiento, crecimiento hacia su independencian en su subjetividad. Pero es el propio niño el que escoge no contar algo, en este tipo de secreto. Pero en el abuso sexual infantil se encuentra la obligación del secreto.
No es habitual que los niños relaten el abuso a que están sometidos y muchas veces pasan años, antes de que puedan romper el silencio y siempre que hay un abuso, es de la índole de lo incestuoso (vinculos familiares) y se trata de vínculo de confianza. Esto sucede porque se da en un largo lapso de tiempo y con un vínculo afectivo intenso con el abusador. El niño o la niña se ven involucrados en actividades que no comprenden. El abusador le impone al niño al silencio sobre el abuso, silencio que es un secreto compartido con el abusador en donde la niña es obligada a no contar, a callar, por imposición de quien ejerce dominio sobre ella y muchas veces con amenazas de daño hacia los familiares, si hablase del abuso. En otros casos, el silencio proviene de un no hablar porque se trata de algo que es innombrable y que son vivencias, percepciones sin representaciones, que de tan terrible que es logra que la mente sea incapaz de poderlo representar. En otros procesos los niños no hablan porque no confían en que puedan ser entendidos ni ayudados ( desvalimiento). En otras situaciones funcionan escindidos, divididos: saben pero no saben, utilizando el mecanismo psíquico de sobvrevivencia, al igual que las personas que son torturadas por un torturador. La niña calla además por angustia que la confunde al no entender que aquella misma persona que la cuida, también le ocasiona dolor; puede reconocer en forma paulatina lo impropio del contacto y sentir vergüenza por ello. El niño abusado está frente a una disyuntiva: o se identifica con el abusador que le arremete o acepta el abuso en sometimiento debiendo entregar – por decirlo de alguna manera – su capacidad de pensar. Cuando la niña logra hablar en su especial lenguaje y no se le entiende o no se le cree, dice que lo que pasó no ha pasado: se retracta. Al retractarse, queda nuevamente en silencio, no hablando por la desconfianza que les generan las personas que deberían haberla protegido: queda nuevamente indefensa...
Escuchemos a las niñas, niños y adolescentes cuando dicen aquello que les pasa. Es una primera forma de ayuda, para comenzar acciones en contra del abuso sexual infantil.
viernes, julio 13, 2007
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1 comentario:
----- Original Message -----
From: Carmen Elisa Pinto da Silva Roma
To: dosslou@mednet.org.uy
Sent: Friday, July 20, 2007 4:19 PM
Subject: OPININES SOBRE TU BLOG
QUERIDA Y ADMIRADA ROSA:
HACE TIEMPO QUE TE DEBO UNAS LÍNEAS. TE ADJUNTO MIS COMENTARIOS SOBRE TU MARAVILLOSO BLOG. ME ENCANTARÍA QUE PUBLICARAS TUS POESÍAS EN LAS QUE REVELAS TUS SENTIRES Y PENSARES.
SI ESTÁS DE ACUERDO CON MIS OPINIONES ME AGRADARÍA QUE LOS PUSIERAS COMO COMENTARIO EN TU BLOG PARA LO CUAL SOY MUY TORPE.
ME DESPIDO CON UN FRATERNAL ABRAZO DESDE EL CORAZÓN.
BESOS DE CARMEN
Artigas, 20 de julio del 2007
Querida Rosa:
Lamentablemente no pude hacerlo antes porque para entrar en tu blog me gusta hacerlo sin tiempo y sin prisa porque tu multifacético mundo interior lo exige. Y repito, exige la entrega total y sería una falta de respeto hacia ti mas, fundamentalmente hacia mi no permitirme sentir con tu piel, mirar con tus ojos, sufrir, llorar, reír y cantar con tu corazón. Me encantaría que publicaras tus poesías en la que revelas tus sentires y pensares.
Me ha impactado como has logrado describir con una claridad meridiana, en “Abuso Sexual Infantil”, ese mundo perverso que sólo habitan el abusador y su víctima. Yo lo vivencio con lo que he observado que hace la araña con su presa que, una vez que ésta toca la tela a cada movimiento que realiza en busca de libertad queda más atrapada y, como finalmente una vez inmovilizada la araña le va succionando la vida.
Sólo una resiliencia muy marcada y un terapeuta como tú pueden rescatar para la vida a un/a niño/a abusado.
Me despido con un fraternal abrazo desde el corazón.
Besos de Carmen
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